martes, 10 de diciembre de 2013

Grace Burrowes

                             
                          Serie Windham-1                                                                     Serie Los Planes del Duque                                                           1-El Heredero:                                                                                 Gayle Windham, conde de Westhaven, está decidido a evitar las maquinaciones maritales de su padre quedándose en el bochornoso Londres mientras que el resto de la alta sociedad se marcha al campo. Westhaven se enorgullece de lo bien dirigida que está su casa hasta que su nueva ama de llaves, Anna Seaton, confunde sus intenciones hacia una doncella y le deja inconsciente con el atizador de la chimenea.Anna es demasiado culta y refinada para trabajar como ama de llaves, pero es una buena enfermera. Cuando el afecto entre ellos aumenta, Westhaven cree haber hallado a una candidata para el matrimonio que le complacerá y satisfará a su padre, pero Anna rechaza su proposición. Sus orígenes desconocidos conllevan desagradables obligaciones, y está decidida a superarlas mientras él intenta hacerla cambiar de opinión. 


1 comentario:

  1. El heredero.
    Es una buena novela, con buena trama, bien desarrollada. Pero tiene una serie falla.
    Los hermanos se refieren a sus padres como "Su excelencia, el duque", "Su excelencia, la duquesa". Todo el tiempo. Como mil veces. Eso me descentró. Me pareció incluso ridículo.
    Que lo hicieran de vez en cuando, sería pasable. Que lo hicieran bien porque la formalidad de la situación lo impuso, o bien porque sus hijos estuvieran molestos en un momento dado, era lógico. Que, incluso, en algún momento lo hicieran de forma irónica, es natural. Pero no. Pareciera que solo eran duques para sus hijos. No eran padres. No vi a lo largo de la novela que se planteara un problema familiar que hubiese roto el equilibrio y la armonía en el hogar. No se mostró alguna situación traumática que creara un vacío o mostrará que como sus padres no estuvieron presentes durante su crecimiento, se produjo ese consecuente desapego y absoluta formalidad en el trato con sus padres. Qué fueran tiranos y marcaran distancia con sus hijos, pero no era esa la situación. No se mostró en la novela algo que evidenciara el motivo de ese trato tan formal, tan poco familiar. ¿Qué un hijo no llame madre o mama a una madre por muy duquesa que sea? No había visto una tratamiento de ese tipo, tan exageradamente formal, no, al menos, en una buena novela.
    Por muy duques y muchos títulos que tengan, son seres humanos. Recuerdo al personaje de Wulfric Bedwin, protagonista de "Ligeramente Peligroso", de Mary Balogh. Los hermanos incluso se ríen de él y en ningún momento se dirigen a él con formalidad, a menos que la ocasión lo requiriese. Y eso que es un personaje sumamente arrogante e, incluso, en un momento dado, su propia familia lo llega a considerar como un hombre frío, casi insensible. De hecho, el duque, cuando corteja a Christine le recuerda que siendo duque, es un hombre. Pero que ninguna de las dos partes pueden separarse de la otra.
    En las mejores novelas de romance histórica, he notado que las autoras tienen claro eso. Por muchos títulos que tengan determinados personajes, si actúan como padres y manifiestan amor por sus hijos, desarrollan tal nexo con su familia que esta se ve con el derecho de permitirse un trato menos formal, al menos, en el entorno íntimo del hogar. Por muchos títulos que tengan, sus hijos, en el ámbito familiar, llaman o se refieren a su padre o madre como “padre” o a “madre”. O al menos, combinan la forma de tratarlos. No se limitan a tratarlos formalmente todo el tiempo. Ni obligan a los lectores de su historia a sulfurarnos después de leer como mil veces las palabras “Su Excelencia” en boca de los hijos.

    ResponderBorrar

No se envían libros por mail. Los mensajes ofensivos seran eliminados inmediatamente. Gracias por leer aquí