miércoles, 18 de diciembre de 2013

Jo Goodman

      

                                                                         Serie El Club de la Brújula                                                                                                                                                                                             1-Déjame ser el único:                                                      En este nueva serie de la aclamada autora Jo Goodman ambientada en la Regencia, encontrarás a cuatro fabulosos e intrigantes amigos en busca de acción y aventuras que se hacen llamar a sí mismos Norte, Sur, Este y Oeste y que forman parte del Compass Club, ó El club de la Brújula.
En la primera entrega verás como Norte, o lo que es lo mismo, Brendan David Hampton, Conde de Northam, resuelve un complicado misterio.... y los secretos del corazón de una mujer.
Libby Penrose es inteligente, perspicaz, bella y determinada a permanecer soltera hasta que la búsqueda de un conocido ladrón de joyas hace que termine a solas en una habitación con el apuesto North.
A pesar de que se ha jurado a sí misma negar la intensa atracción que siente por ese poderoso hombre, Libby no puede evitar rendirse al jadeante deseo que despierta en ella y tampoco puede imaginarse que los acontecimientos desencadenarán que North sea acusado de un delito, que ella le salvará con su confesión y que todo esto les llevará directamente al altar. Pero Libby oculta un oscuro secreto que amenaza los débiles lazos de su matrimonio y muy pronto se verá obligada a elegir entre confiar en su marido... o perderlo para siempre.

1 comentario:

  1. Jo Goodman. Club Brujula. 01. Déjame ser el único.

    Es una novela bastante buena. Me gustó y me sentí aliviada de conseguirme con esta autora. Venía de leer dos RH muy deficientes (en una de ellas la protagonista manejaba un discurso y exigencias que se correspondían más bien con las aspiraciones de alguien del siglo XXI, y eso que la autora es una escritora de renombre).

    Esta novela, por el contrario, me adentró de inmediato en el siglo XIX (entiendo sí, que es mi visión romántica del siglo XIX, aquella que se me ha ido formando gracias a los escritos de las grandes autoras en el género del RH).

    Pero hubo un detalle que me chocó. La traducción en términos generales es bastante buena, pero alguien le dijo a la traductora que en español no hace falta el uso repetido de los pronombres, que “muchas veces” suele ser tan obvio cuál es el sujeto de la oración que el pronombre sale sobrando.
    Al parecer, la traductora se tomó el consejo al pie de la letra. Sucede que la clave está en el término: “muchas veces”. “Muchas veces” no equivale a “siempre”. En verdad, no siempre es así.

    Total que la ausencia de pronombres personales me confundió en muchas construcciones del texto donde aquellos eran necesarios. Entiendo que es una falla del corrector, editor, no sé exactamente de quién; quizás de la misma escritora por no buscarse a alguien confiable que leyera su trabajo. Cuando una escribe (o traduce, que es lo mismo) cree que lo está haciendo perfectamente, pero es el lector externo quien capta algunas fallas elementales. El escritor podrá detectarlas solo si deja reposar su escrito por un tiempo prudencial. Pero los tiempos de las editoriales suelen ser cortos, de allí la necesidad de buenos lectores antes de pasar directamente a la publicación. En fin, entiendo que es una falla editorial.

    Como sea, la novela es buena. Aconsejo a las lectoras que cuando, ocasionalmente, se consiga con dudas sobre quién es el sujeto que piensa, habla o actúa, caminen rapidito y enlace con el eje central de la novela, el cual se mantiene y resulta sólido y agradable (pese a esas dudas).

    La recomiendo. Me gustó.

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