Julie Klassen
El Profesor de Baile: ¿Cómo puede ser que en un pueblo no se pueda bailar? ¿De qué va a vivir allí un profesor de baile?
Alec Valcourt es profesor de baile y el hombre de la familia. Junto a su madre y su hermana se muda a un remoto rincón de Denvoshire, un lugar donde empezar de nuevo. Pero eso va a resultar difícil: la matriarca del pueblo ha prohibido el baile. Pero ¿por qué? Sin embargo, su hija, Julia Midwinter, parece convertirse en su mejor aliada, aunque la verdad es que no sabe si fiarse mucho… Con el tiempo, se da cuenta de que Julia solo es descarada por fuera, pues en realidad eso no es más que un disfraz para ocultar un alma frágil.
A Julia le atrae el nuevo profesor de baile que ha llegado al pueblo. Entre otras cosas, es justo el hombre que su madre jamás aprobaría. No entiende cómo el señor Valcourt ha podido dejar Londres. Tampoco que, cuando le preguntan por su pasado, conteste con evasivas… ¿Qué se oculta tras la actitud de la madre de Julia? ¿De qué se esconde Alec?
El Profesor de Baile: ¿Cómo puede ser que en un pueblo no se pueda bailar? ¿De qué va a vivir allí un profesor de baile?
J Klassen, El profesor de baile.
ResponderBorrarBuena novela, como todas las de Klassen, pero ésta me resultó dura, algo sufrida. Sentí, por momentos, mientras la leía, un losa gris y triste en mi pecho.
Final bello.
Klassen, El profesor de Baile
ResponderBorrarSiento que mi comentario anterior no le hace justicia a la novela de Klassen. "El profesor de baile” es bastante buena. Muy bien ambientada históricamente, con una documentación muy interesante que cuelga como epígrafe al comienzo de cada capítulo. Tales referencias de época, le quedaron bordados, pues nos introduce en la importancia social y cultural del baile para la época.
En su dedicatoria a su profesora de baile en la universidad, la autora nos regala con unas palabras muy bellas sobre lo que representaron esas clases: además de pasos, aprendió sobre etiqueta, modales, respeto y elegancia. Esto nos recuerda que las normas de etiqueta están altamente vinculadas con el respeto al otro, que no son simplemente una serie de reglas vacuas e hipócritas “para quedar bien en sociedad”, como plantea alguna que otra autora de RH, intentando hacer cierta crítica social que queda floja, pues no pasa de allí, a lo más en insistir en su desprecio por tales normas. Si no hay respeto y consideración no tienen sentido estas normas, pero esta son necesarias también, para que, al menos, de entrada, se garantice algo de respeto entre las personas.
El baile también tiene que ver con el entusiasmo y la celebración de la vida. Eso fue algo que Klassen supo presentarnos con mucha sensibilidad. La prohibición de bailar se había llevado buena parte de la alegría de Beaworthy, por lo que era necesario, sumergirnos a los lectores en ese ambiente que por momentos se tornaba opresivo. Sobre todo cuando asfixiaba a Julia Midwinter, la protagonista, o limitaba las posibilidades laborales de Alec Valcourt. La trama fue desarrollándose en parte, bajo esa atmosfera, por eso señalé en mi comentario anterior que sentía por momentos, mientras leía, una loza gris y triste en mi pecho.
Pero además, todo está conectado. Hay una trama subterránea, sucesos acontecidos muchos años atrás que enlazan con la prohibición de bailar y desencadenaron la amargura de la madre de Julie, afectando al pueblo todo. Klassen es capaz de ir desentrañando con maestría esa madeja de hechos, de situaciones dolorosa, de mentiras y traiciones que llevaron a la muerte de un inocente (necio pero inocente) y acabaron con el modo de vida de otros, de forma casi permanente.
En fin, no puedo sino recalcar que estamos ante una buena novela. Muy buena novela. No creo hacer espoiler cuando digo que, finalmente, en Beaworthy se logró renovar la esperanza y recobrar la alegría. (Y esto no sucedió en la última página). El final fue muy bello.
Es enteramente recomendable