Tentaciones: Evan Mountjoy supo lo que era el deseo desde el momento en que conoció a Judith Wells. Y cuando ella juró que no pertenecería a ningún hombre, su terminante negativa sólo sirvió para que el joven se consumiera en una arrebatadora pasión.
Judith Wells había probado el amor y lo había encontrado amargo. Probarlo otra vez tendría el mismo resultado. ¿Por qué, entonces, la tentaba el irresistible capitán Mountjoy, provocando en ella encontrados sentimientos de placer culpable y gozoso abandono?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No se envían libros por mail. Los mensajes ofensivos seran eliminados inmediatamente. Gracias por leer aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No se envían libros por mail. Los mensajes ofensivos seran eliminados inmediatamente. Gracias por leer aquí