sábado, 15 de marzo de 2014

Sophie Jordan

                                                                     Serie The Derrings                                                               1-Once Upon a Wedding Night:                                                                                 A su muerte, el negligente y desastroso Lord Brookshire deja a su joven viuda sin un penique, sin ningún derecho de propiedad sobre el caserón de Oak Run, a cargo de un variopinto servicio doméstico y con la responsabilidad de cuidar de su padre medio loco y de su anciana tía. Pero los problemas no acaban aquí para Lady Meredith Brookshire: el misterioso y arrogante Nicholas Caulfield, hermanastro de su difunto esposo y heredero legítimo de la finca de Oak Run, aparece de improviso. Así que Meredith urde un descabellado plan para salvar a su familia de la indigencia, un plan tan desesperado que, de no llevarla a la salvación, podría llevarla directamente a la perdición y a los brazos del hombre que se ha prometido odiar.

A Nick, por su parte, no le hace ninguna gracia la idea de convertirse en aristócrata, así que el hecho de contraer matrimonio con la viuda de su difunto hermanastro está lejos de seducirle. Y, aunque sus inocentes ojos verdes le tienen embrujado, no se fía de esa mujer fogosa e irritante. Sin embargo, al apremiarla para que se busque cuanto antes a un rico y noble con quien casarse, Nick se da cuenta de que él también tiene un pequeño problema: no puede soportar la idea de verla casada con otro.        

2 comentarios:

  1. Una historia entretenida, argumento original y bien planteado, con protagonistas bien perfilados aunque me ha gustado mas ella que él...demasiado ofuscado para mi gusto.
    Pero bien está lo que bien acaba aunque te quedes con ganas de darle un par de tortas a él por tozudo....
    Precisamente por todo esto lo recomiendo, te mantendrá enganchada hasta la última página.

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  2. Sophie Jordan, Amor Hostil.
    Empecé leyendo con ganas, traía buena voluntad, pero rápidamente se me desinfló. Puede ser por causa de la cuarentena; quizás me está cansando de tal modo que todo me da igual.
    Ninguno de los dos personajes principales logró engancharme. Ni siquiera la relación entre ellos. Ella (quien es supone era una buena y sensata mujer), al principio actúo de una forma tan necia que perdió todo predicamento. Él, por el contrario, pese a su mala fama, me cayó bien en un comienzo. Muy sufrido, vida dura y hecho así mismo, pero luego, actúa de forma tan necia. !Qué parejita! La relación, incluso, me pareció forzada.
    Hay algunos detalles que me llamaron la atención. Noté que la novela tiene al menos dos influencias, cosa que no crítico. Todos tenemos influencias, múltiples influencias que nos determinan o al menos nos impulsan. Lo que me desconcierta es la forma en como fueron tratadas tales influencias. Al comienzo vi algo de la trama de Lorraine Heath, Huérfanos de Saint James, 2, "Desear al diablo": un heredero reivindicado luego de haber sido despreciado por su padre, había, además, llegado a ser el rico dueño d un antro de juego; y una viuda molesta porque su destino queda en manos de tal libertino infame, etc., etc. Esto es al comienzo. Luego la trama se decanta hacía la la novela de Gaelen Foley, Knigh 3, "Corazon de hielo". Un coronel que queda como tutor de una chica a la que se empeña en presentar en Londres para buscarle un marido, pero de la cual se enamora y por esto se le complica la vida y se le caen el piso y el techo que con tanto esfuerzo había construido el pobre hombre.
    Mi parecer es q hay una gran diferencia entre estas dos autoras, por una parte y S. Jordan, por la otra. Me gustó el tejido y el diseño con el que aquellas armaron sus historias. Fue más delicado, menos forzado, más trabajado que el de ésta otra. Los personajes eran menos desagradables (aunque Olivia, en la novela de Heath, es algo pesada al principio, pero eso sucedió solo al comienzo. Era necesario para presentar la situación complicada que daba inicio a la trama); en tal sentido, el coronel/duque de Foley nunca llegó a los niveles de necedad de Lord Brookshire, el prota de Amor Hostil. … Que sí fue hostil, en verdad.
    En fin, no es una mala novela. Creo que en buena, pero no me gustó. Terminé leyéndola de modo transversal.

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