Blythe Gifford
El Truhan y la Doncella: Él solo era un caballero errante y mercenario…
Garren le debía todo cuanto era y tenía a su
amigo y valedor William, conde de Readington, a quien había salvado de la
muerte en el campo de batalla. Y cuando William cayó gravemente enfermo, tras
regresar de la guerra, Garren se propuso hacer lo que hiciera falta para
ayudarlo otra vez, aunque eso implicara ir de peregrinación.
Dominica estaba convencida de que sir Garren
era un mensajero del Cielo y que aquella peregrinación, bendecida con la
presencia del apuesto y heroico caballero, le brindaría la señal divina que
estaba esperando para tomar los hábitos. Pero al descubrir que aquel viaje de
fe la conducía inexorablemente a los fuertes brazos de Garren, empezó a
preguntarse si su verdadera misión no sería abrir el frío corazón del
mercenario…
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